Estómago en Primera Persona, poema.

 

Corro cada mañana por el bosque

En tiempos de lluvias, los árboles y las flores.

Y también fumo.

Necesito correr y fumar.

 

Corro alcanzando algo,

dejando algo,

huyendo de algo o esquivarlo todo.

Me sale fuego por la boca

y nada puedo comer.

fumo ansiosamente

antes de salir hacia la noche.

 

Voy entre los árboles

escuchando el sonido de mis pasos…

dos tiempos para inhalar

tres tiempos para exhalar

Los pájaros cantan.

Las mariposas amarillas,

naranjas y azules

se meten a mi boca.

 

En la boca del estómago

vuelan las mariposas,

bajando por el pecho,

la pelvis y las piernas temblorosas.

Las mariposas revolotean

sacudiendo su alas

suavemente, tiernamente.

 

Mi corazón se excita

y nunca la recuperación es definitiva.

El ardor del fuego

quema la mucosa gástrica

causándome hemorragias subepiteliales

en el estómago.

La sangre se convierte

en ácido-clorhídrico

que transforma la comida

en un desecho viscoso.

Todo termina en una anorexia nerviosa.

 

Saco mi cajetilla de cigarros

apuntando en mi entrecejo

lanzándome hasta el fondo de mi cuarto.

 

Salgo a la fiesta,

prendo un cigarro

y otro y otro y otro

el reflujo gastroensofágico

va y viene al ritmo de Horses

 

 

Mi vestido rosa alemán

Mi vestido amarillo terciopelo

huelen a humo de cigarro.

Mis tacones son ceniceros

a lado de la sertralina

y el clonazepam;

de la vitamina a,b,c y d.

No paro de correr.

 

Corro con los ojos hinchados,

con aliento a vómito,

con el reflujo en la garganta.

La náusea al final de la carrera.

El desfallecimiento!

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