Testamento

Y si al final decido no dejar nada? Quedarme en mi cama a que pase el tiempo. Lo mejor sería que ya nadie entrara al lugar donde uno muere. Cerrar con llave eterna. Simplificar la vida en el lugar donde mueres. La comida, el café, ver la televisión, escuchar tu música favorita. Ir del cuarto al baño, del baño a la cocina , de la cocina al cuarto…. y entre estas idas y vueltas mi gata como el símbolo de lo que uno ya no sabe nada del otro.

Miro por la ventana que la vida sigue su curso. Encuentro sorpresivamente que el amor sigue ahí y quiero salir a la calle. Camino con el amor entre la manos, pienso en todo lo que hice y en el tiempo que paso, después de todo, lo único que quedó fue el amor resplandeciente y con lo único que me quedé, así que es lo único tengo, lo único que dejo, lo único que puedo dar. Un día creí que iba a morir de amor.

Lo que dejo es el recuerdo del momento de una mirada.

Recuerdo mi vista a través de una ventana mirando al cielo -en lo que la gente hablaba- de pronto a lo lejos vi algo que no tenía forma, conforme fue acercándose identifiqué a un globo ballena. En ese momento creí que era yo la única que lo veía. El cielo estaba completamente azul.

Estando yo sentada, vi por la ventana el reflejo de tu timidez queriendo tocar mi pelo. Una niña levanta su mirada hacia mí y me derrite por un instante. Estábamos en un bar y te hice una pregunta, en el momento de encontrarnos con la mirada sentí físicamente como mi pupila se dilato y tú te sorprendiste. Ese momento es único y no se volverá a repetir.

La necesidad de que una gorila me abrase y me de consuelo. Llego a mi casa y no hay nadie en quien depositar mi ansiedad, lo que encuentro a mi paso es un artilugio de cocina rayando mi antebrazo, mi otra mano golpea en automático mi cabeza, mi cabeza se pone en blanco y me lanzo con el puño sobre la cara de alguien. La cabeza volada, ahora suspiro.

La incertidumbre de despertar en un lugar que no reconozco, aunque todas las mañanas he despertado en el mismo lugar. Una madrugada, estando yo dormida, completamente dormida, una canción especial se metió a mi inconsciente para despertarme lejos de casa. Me llevo cerca de cinco meses acoplarme a mi cuarto.